Se oye el rumor de las gotas caer:
lluvia tranquila de agosto.
Miro por la ventana
y veo la calle vacía.
El agua trae calma y todo lo empapa.
Mi corazón también se inunda:
la lluvia le trae un rumor de nostalgia,
y de la soledad, la certeza.
Un presagio de otoño me acecha:
sin ti habré de estar cuando caigan las hojas,
cuando las noches largas devoren el alma y el mundo aparezca
como una vieja iglesia en la que el viento y el rayo amenazan las ruinas.
Todo lo explicará tu ausencia: