Dímelo tú
que lo ves
todo y observas
atenta por los
siglos;
dímelo tú, que sabes de
la espera.
Dime si
ella te ha
mirado diciendo mi
nombre,
o si ha
querido ver mis
ojos tras de
ti en la
noche oscura.
Dime si
ha mirado a
alguna estrella suspirando,
esperando que
esa noche yo la amara.
Dime si
lloró porque me
anhela,
o lanzó
un beso al
firmamento para mí.
Dime, si
maldijo mi nombre
por la espera,
o si,
tal vez, nunca
me amó y
soñó con otro.
Dime tú,
oh Luna, todo
lo que sepas;
tú que
eres testigo de
la noche
y sabes
más que nadie
de amores escondidos.
Dime si
ella también maldice al tiempo,
al tiempo
eterno en que
anhela mi presencia.
Dímelo tú, que ya
lo has visto
todo,
eterna compañera de amantes olvidados.
Juan José Gómez Tornero