"Y pues V.M. escribe se le escriba y relate el caso por muy extenso, parescióme no tomalle por el medio, sino por el principio, porque se tenga entera noticia de mi persona; y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto."

El Lazarillo de Tormes

domingo, 22 de marzo de 2015

Presentación


Hola amigos, mi nombre es Juanjo, y de ahora en adelante me he propuesto abrir una pequeña ventana en el ciberespacio. Lo haré a través de este blog al que le he dado el nombre de "Los caminos inciertos". Lo he llamado así porque éste intentará ser un blog de opiniones y experiencias propias, y mi experiencia me indica que a pesar de que en multitud de ocasiones (lo cual está bien) nos marcamos metas y objetivos para nuestra vida, lo cierto es que ignoramos la fortuna de nuestros pasos. “¿Adónde el camino irá?”, que decía Machado. Uno controla sus actos, pero no las consecuencias de los mismos. Aun así, hay que seguir trabajando por prosperar, por avanzar, por descubrir... No puede uno quedarse parado. Y mucho menos quedarse sin objetivos. Hay que seguir caminando, pues “al andar se hace camino”, a pesar del riesgo y la incertidumbre. ¡Qué insulsa sería la vida sin estos dos factores! ¡Qué poca ganancia aguarda al que no se mueve porque no acepta el riesgo de sus pasos! Comience, pues, la singladura, aun siendo ésta con destino incierto.

Sin embargo, y aun a pesar de tan sustancial comienzo, os estaréis preguntando que a cuento de qué salgo yo a la palestra a daros la tabarra. Pues, en realidad, ni yo mismo lo sé. Supongo que escribir es una buena forma de sacar lo que se lleva dentro y de llenarse al mismo tiempo. Así, podré ser notario de mi propia visión del mundo y de la vida, ya que uno escribe sobre lo que le importa. Y nos suele importar lo que nos marca. Asimismo, creo que conoceré a alguna persona que me aportará sabiduría y experiencias, como ya me sucedió en una anterior etapa que tuve como bloguero. Al fin y al cabo, uno siempre escribe con la esperanza de que alguien lo lea. Eso de “yo escribo para mí” es un tópico, además de una gran mentira, independientemente de que el simple hecho de escribir ya pueda resultar una satisfacción en sí mismo.

Y bueno, supongo que ahora debería deciros de qué voy a hablar en mis entradas, si es que no lo he hecho ya. Vaya por delante que, hace ya algunos años, estudié filosofía; pero intentaré escribir sobre cualquier cosa que se me vaya ocurriendo al paso, aunque no tenga nada que ver con ésta. Claro, que eso también es un decir, porque la filosofía con todo tiene que ver, aunque cada vez parezca que pinta menos. La filosofía siempre ha buscado el fundamento y las causas de todas las cosas, y todas las cosas encuentran, si es que esto es posible, su fundamento epistemológico último en el saber filosófico. En consecuencia, si pretendemos entender algo, lo que sea, antes o después acabaremos topándonos con la filosofía como última puerta hacia la comprensión. Y es que, quien renuncia a la, bien llamada, “Ciencia de las ciencias”, renuncia a entender. Además, la conocida como filosofía primera o metafísica, es aquella que estudia el Ser en tanto que es, o todo lo que existe en tanto que existe, esto es, la filosofía primera se hace preguntas acerca de la existencia en general, se cuestiona e intenta responder acerca de las causas y principios de todo cuanto existe, intenta comprender la existencia misma, el Ser en sí; intenta dar respuesta a la pregunta heideggeriana de “¿por qué existe algo y no más bien nada?”. Luego si la filosofía intenta comprender todo lo que existe en tanto que existe, entonces con todo tiene que ver. Incluso con la economía y los mercados financieros, de los cuales también me he vuelto un apasionado en los últimos años, y de los que posiblemente también hable en este blog.

He de decir que uno de los objetivos de mis entradas será no forzar lo que escriba. Elaboraré estos artículos según me vayan surgiendo, aunque intentaré publicar cada semana o cada quince días. No obstante, si alguna vez estoy falto de ideas o no tengo tiempo, pues sencillamente no escribiré, o aumentarán los intervalos entre entrada y entrada. Actualmente estoy estudiando a distancia, así como trabajando a jornada completa y echando alguna hora extra, por lo que el tiempo del que dispongo es bastante limitado.

Y dicho esto, ya sólo me queda cerrar este escrito, aunque no sé muy bien cómo, ya que, para mí, siempre han sido un problema los finales, los finales de cualquier cosa. Más metafísico que escatológico, aún no sé cómo hay quien sabe terminar y terminar a tiempo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario