- ¡Feliz Año Nuevo, Antonio!
- ¡Igualmente, Pepe!
- A lo mejor es el último.
(Risas)
- ¡Por lo menos aún estamos vivos, y nos podemos comer algo!
(De nuevo risas)
-De esta manera se felicitaban el año nuevo el otro día dos viejos amigos, sin saber que yo los escuchaba. Y cuando digo dos viejos amigos me refiero a que los dos tenían al menos ochenta y cinco años. No sé: me hizo gracia el comentario y quería reflejarlo en el blog, para no olvidarlo. Esperemos que estos entrañables abueletes se feliciten el año nuevo muchas veces más, aunque ya sepan que la vida es demasiado corta.
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